Estos proyectos se están ejecutando a través de las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR), entes territoriales, institutos del Sistema Nacional Ambiental (SINA), Ejército Nacional, Organizaciones No Gubernamentales (ONG) como Conservación Internacional, WCS, y empresas del sector privado, entre estos jardines botánicos y la Corporación Ambiental Empresarial (CAEM).

“Para lograr el éxito de estos programas de restauración, la participación de las comunidades locales es fundamental. Es por eso que en la elaboración y ejecución de los proyectos se tienen en cuenta los conocimientos que posee la población sobre su región, su historia de uso y la ubicación de las especies, entre otros aspectos, con lo cual garantizamos el cumplimiento de los objetivos de estas iniciativas. Este es un trabajo de todos, y aprovecho para invitar a los jóvenes del país a que nos sigan acompañando en la protección de nuestra biodiversidad”, dijo Carlos Eduardo Correa, ministro de Ambiente.

Con lo dicho por el ministro, la educación ambiental se vuelve más práctica y se puede consolidar a corto y largo plazo la restauración ecológica de las diferentes áreas, algo en lo que el Minambiente viene trabajando y reforzará con la Escuela Nacional de Formación Ambiental Savia, lanzada recientemente.

Un trabajo de todos

En ese sentido, el Minambiente firmó un convenio con Conservación Internacional para adelantar acciones de restauración ecológica en áreas degradas de la Sierra Nevada de Santa Marta. Allí, 750 familias del Resguardo Indígena Arhuaco participan en ejercicios de concertación para identificar y priorizar zonas de importancia cultural y ambiental con el fin de restaurar y ubicar viveros comunitarios.

Otro de los proyectos de restauración es el firmado por el Minambiente, la Gobernación del Meta y la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Área de Manejo Especial La Macarena (Cormacarena). Las Juntas de Acción Comunal de este departamento firmaron 50 acuerdos voluntarios de restauración ecológica, rehabilitación y recuperación para plantar 500.000 árboles nativos en los municipios de Puerto Concordia, Mapiripán, Puerto Rico, Vistahermosa y La Macarena, regiones afectadas por la deforestación.

“La meta de sembrar 180 millones de árboles al 2022 la estamos logrando con el apoyo de las comunidades y el acompañamiento permanente de nuestros aliados, solo con el compromiso de todos podemos llegar a la recuperación y protección de los ecosistemas”, afirmó Adriana Santa, gerente del programa 180 Millones de Árboles del Minambiente.

Los 73 proyectos se desarrollan en diversos ecosistemas, y, de acuerdo con las características de estos, se siembran especies nativas. En los bosques andinos se están sembrando, principalmente, alisos, arrayanes, cedros, cucharos, guayacanes de Manizales, gaques y robles, en las tres cordilleras; en páramos se vienen plantando frailejones, siete cueros y pullas; en las sábanas de la Orinoquía, las especies gualanday, yopo y moriche; en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, mangles rojos y blancos para seguir avanzando en la restauración de los ecosistemas protectores de la isla; en el bosque seco tropical se siembra igüá, cañaguate, dividivi y samán; al bosque húmedo tropical se le aportan algarrobo, achapo, asaí, cachicamo y palma de chiqui chiqui, en la restauración de los paisajes amazónicos, mientras que para las selvas tropicales del Pacífico los escogidos son los natos, los zapotolongos y los mangles.